Las alpargatas españolas son uno de los máximos exponentes del calzado artesanal de nuestro país. Han sido muy populares por su comodidad, su diseño, su frescura y su calidad, haciendo que la humildad asociada a este tipo de sandalia se convierta en una seña de identidad del que es el calzado más apreciado por el público femenino en los meses de verano y entretiempo.
Pero, ¿cuál es la historia de las alpargatas en España? ¿De dónde provienen? ¿Cómo ha evolucionado su diseño? Hacemos un breve repaso por los puntos clave que la historia de las alpargatas y cuál ha sido la situación de este tipo de calzado a lo largo de los siglos.
Las alpargatas, un calzado de origen rural
La historia de la alpargata tiene su origen en el campo. Es un calzado de marcado carácter rural, que antaño cumplió el propósito de mantener el pie protegido en suelos pedregosos, irregulares y con importantes desniveles. De ahí que la antigua alpargata se caracterizase por una suela de gran grosor, extremadamente resistente y que, al mismo tiempo, daba al pie una gran capacidad de transpiración.
Se cree que el verdadero origen de este calzado está en el Mediterráneo, en las civilizaciones del antiguo Imperio Romano, aunque otros colocan su verdadero punto de partida en Egipto, en las tierras del Nilo. Es factible que fuese en estos territorios donde empezase a cocerse la historia de la alpargata, si bien, la alpargata como la conocemos hoy en día, parece haberse desarrollado en la Península Ibérica, donde la predominancia del clima cálido hacía factible la adopción de un calzado de estas características.
Aunque hoy en día las alpargatas son fieles a su historia, es cierto que son el fruto de un proceso de optimización y refinado que ha llevado siglos depurar. Porque la alpargata, al inicio de su historia y en origen, era una sandalia rudimentaria, gruesa y más pesada. No obstante, las suelas de esparto ya permitían combinar flexibilidad y resistencia, lo que era muy apreciado por campesinos y agricultores, que se beneficiaban además de la facilidad en la fabricación de este calzado y de su bajo coste.
Historia moderna de las alpargatas: evolución e industrialización
Pero la historia de las alpargatas ha ido dejándose llevar conforme a las corrientes mundiales, y cuando en el siglo XVIII la industrialización se introdujo de lleno en la sociedad, el panorama cambió para siempre.
Porque, aunque el uso de las alpargatas ha estado siempre extendido, con la fabricación en masa de este calzado se estaba apostando por extenderlo a todos aquellos que quisiesen disfrutar de sus bondades, independientemente de su origen o del uso que quisieran darle.
Así, podemos decir que las alpargatas, pese a su historia tradicionalmente rural, empezaron a ser utilizadas en ambientes urbanos. Justo lo que sucede hoy en día.
A esto ayudó el hecho de que, ya desde los siglos XV y XVI, la alpargata empezó a refinarse y a asociarse con una tendencia de moda veraniega. Incluso miembros de la alta sociedad empezaron a usarla en sus jornadas estivales, viajes a las zonas de mar o incluso en los paseos por los jardines de palacio.
Esa buena consideración hizo que la llegada de maquinaria industrial y las nuevas técnicas de fabricación permitiesen avanzar en la popularización de la alpargata, consolidándola como uno de los calzados más versátiles, cómodos y resistentes.
La alpargata como exponente del calzado sostenible
A día de hoy, manteniendo todas las características que en otros tiempos hicieron grandes a las alpargatas, este calzado continúa siendo una alternativa excelente para quienes apuesten por la comodidad, la frescura, la resistencia y la firmeza que proporcionan estos zapatos.
Gracias a la adopción de nuevos métodos de trabajo, y a la mayor concienciación en cuanto a los procesos de fabricación y la selección de materiales, más cuidada que antaño, se ha conseguido trabajar de una manera más sostenible, equilibrada y respetuosa con el medio ambiente.
Teniendo en cuenta la naturaleza de este calzado, donde prima el esparto (una fibra de origen vegetal, que se obtiene principalmente de las gramíneas), la alpargata es la prueba de que se puede disfrutar de un calzado cómodo, versátil y económico sin comprometer la sostenibilidad medioambiental.
En perspectiva, y teniendo en cuenta no solo el uso que se le ha dado a la alpargata durante las distintas etapas de la civilización, sino también cómo han ido cambiando los procesos de trabajo a lo largo de los siglos, podemos afirmar que la alpargata es la viva historia y el origen mismo de la evolución del ser humano en sus relaciones con su entorno.